Presbicardia


Las manifestaciones del envejecimiento en diversas partes del organismo son del todo conocidas:
  • Presbicia o pérdida de la capacidad para leer de cerca 
  • Presbiacusia o pérdida de la agudeza auditiva
  • Presbisipia o pérdida de la habilidad para percibir sabores
En el caso del corazón, la tercera edad viene acompañada de una serie de cambios anatómicos y funcionales, que afectan los aparatos valvulares, las arterias coronarias y al propio miocardio.

Como peruanos que somos, todos hemos tenido la oportunidad de disfrutar de unos deliciosos anticuchos. Qué rico es cuando nos tocan unos bien suaves, que casi se deshacen en nuestra boca. Pero no ha faltado que nos topemos con otros tan duros que más parezcan una molleja. Este ejemplo tan simple nos permite distinguir claramente la diferencia entre unos preparados con el corazón de una vaquita joven y el de otra más añosa.

La Presbicardia se caracteriza por el engrosamiento fibroso de los aparatos valvulares, la calcificación de los mismos y de las propias arterias coronarias, y el endurecimiento progresivo del músculo cardíaco. Como consecuencia de estos hechos, el corazón pierde su elasticidad y su potencia contráctil, con lo que la persona se cansa más rápido y ante esfuerzos cada vez menores, pudiendo llegar a la insuficiencia cardíaca.

Asimismo, el compromiso miocárdico determina la aparición de arritmias y bloqueos de conducción, con los consabidos riesgos de generar una trombosis cerebral o de requerir un marcapasos artificial. Todos estos cambios colocan al anciano en una condición de mayor vulnerabilidad frente al deterioro simultáneo de otros sistemas orgánicos, lo que termina por comprometer la propia vida.

Tratándose de hechos indefectibles, propios de la edad avanzada, los cardiólogos recomendamos un plan regular de seguimiento, a fin de amortiguar terapéuticamente estos cambios. Por ello se aconseja que toda persona de la tercera edad se practique electros, ecocardios y monitoreos (hemodinámicos, presores y tipo Holter) con relativa frecuencia, sin olvidar sus consultas, los ejercicios y una dieta cardiosaludable.